El Convenio sobre Diversidad Biológica fue abierto a la firma en Río de Janeiro, durante la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Ambiente y Desarrollo, denominada “La Cumbre de la Tierra” y entró en vigor el 29 de diciembre de 1993.
Los tres objetivos del Convenio son la conservación de la diversidad biológica, el uso sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa de los beneficios derivados del uso de los recursos genéticos.
Este convenio define la biodiversidad como la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otras cosas, los ecosistemas terrestres, marinos, otros ecosistemas acuáticos y los complejos procesos ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad dentro de cada especie (genética), entre las especies y de los ecosistemas.
Cabe mencionar que entre la amplia gama de organismos vivos que constituyen la biodiversidad se encuentra el ser humano que se relaciona de muy diferentes formas con las demás especies y ecosistemas, de hecho su vida depende profundamente de ellos. Sin embargo, a partir de que adoptó prácticas inadecuadas con la idea de “desarrollo”, la biodiversidad se ha visto seriamente afectada, pues no sólo están desapareciendo especies valiosas sino también ecosistemas enteros. Cerca del 75% de la biodiversidad del planeta está concentrada en apenas 17 países.
Porque es fundamental tomar conciencia sobre la permanente interacción que tenemos los humanos con los componentes naturales en donde se desarrollan nuestras actividades y lograr así que las soluciones planteadas, para resolver los problemas ambientales, tengan validez, sean viables y sostenibles en el tiempo, se conmemora este 22 de mayo el Día Internacional de la Diversidad Biológica.