sábado, 26 de enero de 2013

26 de enero. Día Mundial de la Educación Ambiental

     Todos los 26 de enero celebramos el Dia Mundial de la Educación Ambiental. Esta fecha tuvo su origen a partir de 1972 con la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente humano celebrada en (Estocolmo, Suecia, en junio de 1972) en la cual se expuso la necesidad de un criterio y principios comunes que ofrezcan a los pueblos del mundo inspiración y guía para preservar y mejorar el medio ambiente.
     La Educación Ambiental es un proceso dinámico y participativo, que busca despertar en la población y muy especialmente en los gobiernos una conciencia que les permita identificarse con la problemática ambiental tanto a nivel general (mundial), como a nivel específico (medio donde vive). También busca identificar las relaciones de interacción e independencia que se dan entre el entorno (medio ambiental) y el hombre, así como también se preocupa por promover una relación armónica entre el medio natural y las actividades humanas a través del desarrollo sostenible, todo esto con el fin de garantizar el sostenimiento y calidad de las generaciones actuales y futuras.

     Actualmente se pretende enseñar desde la naturaleza, utilizándola como recurso educativo. Hay que educar para mejorar y apreciar el medio ambiente, hay que presentar y aprender conductas correctas hacia el entorno, no solo conocerlo. Se trata de la concepción de la naturaleza no como fuente inagotable de recursos a nuestro servicio, sino como un ecosistema frágil que tiene sus propias exigencias que hay que respetar por nuestro propio interés y supervivencia. Es necesario crear nuevos modelos de desarrollo sostenible, hay que lograr que las pequeñas acciones tengan una repercusión positiva en el ambiente.  
                                     
     La Conferencia encarece a los gobiernos y a los pueblos que aúnen sus esfuerzos para preservar y mejorar el medio ambiente en beneficio del hombre y de su posteridad. Este tratado despertó grandes expectativas en el mundo entero, en el año 1975 dentro del Marco de los Programas de las Naciones Unidas. Se celebró en la ciudad de Belgrado (capital de la Republica de Serbia), el Seminario Internacional de la Educación Ambiental en el cual participan unos 70 países. Sin embargo no es hasta la década de los ochenta cuando Latinoamérica se involucra por completo en esta cultura medioambientalista. Es importante estar pendientes de los daños ambientales que sufre nuestro planeta y cómo poder revertirlos, para evitar así, el cambio climático y otros fenómenos que tanto afectan a los ecosistemas.

                                    

     Ya en la Declaración de Estocolmo de 1972, se establecía, como principio fundamental, que “Es indispensable una labor de educación en cuestiones ambientales, dirigida tanto a las generaciones jóvenes como a los adultos y que presente la debida atención al sector de población menos privilegiado, para ensanchar las bases de una opinión pública bien informada y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades inspirada en el sentido de su responsabilidad en cuanto a la protección y mejoramiento del medio en toda su dimensión humana”. Las posteriores conferencias internacionales (Belgrado, 1975; Tbilisi, 1977; Río de Janeiro 1992, Cumbre de la Tierra; Guadalajara 1997, II Congreso Iberoamericano de Educación Ambienta) vendrían a corroborar la importancia de la educación para:
  • Favorecer el conocimiento de los problemas ambientales, tanto locales como globales.
  • Capacitar a las personas para analizar de forma critica la información ambiental.
  • Facilitar la comprensión de los procesos ambientales en conexión con los sociales, económicos y culturales.
  • Favorecer la adquisición de nuevos valores pro ambientales y fomentar actitudes críticas y constructivas.
  • Apoyar el desarrollo de una ética que promueva la protección del medio ambiente desde una perspectiva de equidad y solidaridad.
  • Capacitar a las personas en el análisis de los conflictos socio ambientales, en el debate de alternativas y en la toma de decisiones para su resolución.
  • Fomentar la participación activa de la sociedad en los asuntos colectivos, potenciando la responsabilidad compartida hacia el entorno.
     Más información en:

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